Recuerda haber leído -el viajerito- que entre junio y agosto de 1949 el escritor franco-argelino Albert Camus viajó a dictar una serie de conferencias a Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Según leyó en "Diarios de Viaje" de Editorial Losada, la experiencia no fue buena. Al incordio continuo que sentía por la travesía, se le sumó una nueva recaída en la tuberculosis. Un viaje que comienza desganado termina, según el diario de Camus, asi: "26 y 27 de agosto. Dos días espantosos en los que me arrastro con mi gripe por diversos rincones con diversas personas, insensible a lo que veo, preocupado tan solo por reencontrar mis fuerzas, en medio de personas cuya amistad o histeria no percibe nada de lo que me pasa y agravan, asi, un poco más mi estado..." y luego, el 31 de agosto "Enfermo. Bronquitis por lo menos. Telefonean que partimos esta tarde. Es un dia radiante. Médico. Penicilina. El viaje termina en un féretro metálico entre un médico loco y un diplomático, hacia París".
Pero al comienzo Albert Camus cuenta su viaje en barco: "... Sentimiento de vergüenza al ver a los pasajeros de 4º clase alojados en el entrepuente, en cuchetas superpuestas, estilo campo de concentración". Después los olvida, Camus, y sigue su vida entre superfluos o molestos compañeros. Para él la única compañía es el mar.
"Una luna en cuarto creciente sube por encima de los mástiles. Hasta donde alcanza la vista, en la noche aún no cerrada, el mar -y una sensación de calma, una melancolía poderosa surgen entonces de las aguas. Siempre me he serenado en el mar y esta soledad infinita me hace bien por un momento, aunque tenga la impresión de que este mar arrastra hoy todas las lágrimas del mundo." o más tarde cuando piensa: "Las aguas están apenas iluminadas en la superficie, pero se siente su oscuridad profunda. el mar es asì y por ello lo amo. Llamado a la vida e invitación a la muerte."
Pero al comienzo Albert Camus cuenta su viaje en barco: "... Sentimiento de vergüenza al ver a los pasajeros de 4º clase alojados en el entrepuente, en cuchetas superpuestas, estilo campo de concentración". Después los olvida, Camus, y sigue su vida entre superfluos o molestos compañeros. Para él la única compañía es el mar.
"Una luna en cuarto creciente sube por encima de los mástiles. Hasta donde alcanza la vista, en la noche aún no cerrada, el mar -y una sensación de calma, una melancolía poderosa surgen entonces de las aguas. Siempre me he serenado en el mar y esta soledad infinita me hace bien por un momento, aunque tenga la impresión de que este mar arrastra hoy todas las lágrimas del mundo." o más tarde cuando piensa: "Las aguas están apenas iluminadas en la superficie, pero se siente su oscuridad profunda. el mar es asì y por ello lo amo. Llamado a la vida e invitación a la muerte."
2 comentarios:
te extraño.
Hola viajerito creo eres tu con quien una vez nuestros caminos se cruzaron, en tu argentina, en julio o agosto de 2004. Yo iba con laura y aun sigo con ella(por cierto aun nos acordamos del susto de la sillaque nos dio dario y de los chinchulines en el embalse)
Otra vez estoy en el continente americano, esta vez por peru, sin prisas, en Chincha alta, seco ypobre luagar,trabajando en un albergue para madres adolescentes, lugar que nunca debiera ser necesario pero que siempre tendra pocas plazas.
Te esperamos en españa, tendras un hueco en nuestra casa cuando quieras, aunque mas bien nos encontraremos, por casualidad en cualquier confin del mundo. No pare de viajar (y de contarlo;) hasta otra....
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